Sabiendo lo que soy
me extraño aún
de no quemarme viva
ni a otras pieles
Las piedras y cristales
son más suaves que yo
Pero aún sabiendo
he decidido hacerme agua de luz
entibiar las noches
con nebulosas grises
y apuntilladas
reorganizar mi estela
acunando mi masa de tal modo
que los musgos aniden a sus anchas
y las luciérnagas se apaguen
con mis cantos
No soy sirena
pero cruzo los mares
negros del cielo
abriéndolos en dos para tocar el fondo
y acaricio la plata de la luna
en todas las escamas de los peces
He de decir en fin
que nunca lloro
fulmino las lágrimas a besos
y me deslizo sin miedo entre tus brazos
cuando cierro los ojos
y me sueño