No hay titulo para la soledad.
Ni hay soledad que no desee llevar un nombre que la acaricie.
Un nombre que no será el mío, ni el tuyo.
La soledad se merece otro,
no fuimos capaces de convertirla en algo diferente.
Crecimos solos, junto a ella,
un trío de amorosos solitarios,
que se rozaban una y otra vez,
sin darle cuerpo a la idea,
ni ideas capaces de reencontrarse en el cuerpo.
Soledad se irguió única entre nosotros.
Hermosa, eterna e innombrable.
Porque hay nombres que nos pueden
y no nos atrevemos apenas ni a escribirlos.
Solamente digo que esta es una bonita reflexión sobre lo innombrable 😊
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Mil gracias, me alegro de que te haya gustado. Un saludo!
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