Cuesta vivir de espaldas.
Nacen jorobas en la frente.
Cejas entre los omóplatos.
Y dientes en los talones.
De espaldas, no se ven las colinas.
El mar se escapa por el rabillo del ojo
y pasa de largo, rozándote el pelo.
Cuántas olas perdidas…
Cuántas palabras contra tus labios…
Cómo anhelo el horizonte, mientras contemplo los zócalos de todo.
Aprender a darme la vuelta.
Vivir de frente. Amar de frente.
Besar de frente, mirándote a los ojos…
Y reconocer las alas en mi espalda.
Inspirablemete precioso.
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Muchas gracias Javier. Me alegro de que te haya gustado.
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“de espaldas, no se ven las colinas” qué imagen más potente. No sé si te lo he dicho ya, pero a medida que miro hacia ti, me gusta más lo que leo
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Ay, qué buena eres! Me alegra de corazón que te guste, y me emociona cómo lo dices. Un abrazo
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Muy buen texto, Eva
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Mil gracias Eva, me encanta que te guste!
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Maravillosos versos!!!!
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Gracias mil, de corazón, por pasarte a leer y comentar. Abrazos
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